Somos importantes porque somos los únicos que podemos modificar la estructura del hueso maxilar, que forma en realidad, nada más ni nada menos que el tercio medio de la cara. Trabajamos en una zona importante para realizar todas las funciones vitales: masticar, tragar , hablar y principalmente respirar.
El bebe tiene que realizar la consulta con el odontopediatra desde que sale el primer diente. El odontopediatra debe evaluar su crecimiento, realizar el protocolo transdisciplinario y evaluar la necesidad de tratamiento.
La verdad es que la maloclusión, bien llamada por los especialistas de medicina del sueño, anomalía craneofacial, nos está hablando de algo más, algo más profundo que tiene que ver fundamentalmente con la vía aérea. Los odontopediatras y ortodoncistas debemos saber leer esta anomalía craneofacial, y en muchos casos diagnosticar un TROS o predecirlo (trastorno respiratorio obstructivo del sueño).
Básicamente ser colaboradores en mejorar la calidad de vida del niño, resolviendo el problema estructural.
La duración del tratamiento y la complejidad es directamente proporcional a la edad del paciente, cuanto más chico es el niño, mejor pronóstico obtendremos en menos tiempo. En general, el tratamiento dura un año entre el diagnóstico y la finalización con ejercicios para la buena postura oral. El objetivo de nuestro equipo es que el niño respire por la nariz de día y de noche. Por supuesto que con la expansión temprana de los maxilares logramos una sonrisa estética y saludable.
Existen diferentes tipos de aparatos para la expansión y protracción de los maxilares. La elección de la aparatología se decide después de un diagnóstico transdisciplinario correcto.
Actualmente, muchos niños tienen tener un crecimiento inadecuado de los maxilares por dos causas principales, la alimentación blanda y la correcta postura oral en reposo.
El ortodoncista juega un rol sumamente importante, es el único especialista que puede cambiar la arquitectura de los maxilares.
"De hecho, la respiración bucal es la manifestación más obvia de un modelo sindrómico que implica un circuito de infecciones frecuentes, maloclusión, fonación incorrecta, anormalidad de la posición corporal y cambios en el sueño." Christian Guilleminault . Por eso es inútil abordarlos desde una especialidad, muchas especialidades trabajan con el mismo objetivo para mejorar la salud de este niño pre-escolar.